viernes, marzo 14

Arqueoetnopaleontología (20)

 por Heraclio Astudillo-Pombo, Universitat de Lleida

Los usos sociales y funciones culturales de los fósiles en la antigüedad, inducibles gracias a la necesaria contribución y la imprescindible colaboración de la arqueología moderna (17)

La revisión actual de la fauna fósil incluida en los antiguos hallazgos arqueológicos ibéricos ha permitido mejorar la identificación zoológica, la datación y la interpretación paleoetnológica (Quinta parte)   


Introducción

Se prosigue con la presentación, en formato "digest" y en versión traducida al castellano, del artículo "Fossils in Iberian prehistory: A review of the palaeozoological evidence"originalmente publicado en la revista Quaternary Science Reviews 250, en el año  2020. Dada su enorme transcendencia, desde nuestro punto de vista, para el estudio y conocimiento etnopaleontológico de las culturas locales de la antigüedad, en el ámbito de la península ibérica. 

Sus autores fueron Miguel Cortes-Sánchez, María D. Simón-Vallejo, José-Carmelo Corral, María del Carmen Lozano-Francisco, José Luis Vera-PeláezFrancisco J. Jiménez-Espejo, Antonio García-Alix, Carmen de las HerasRafael Martínez Sánchez, María Dolores Bretones García, Ignacio Barandiaran-Maestu y Arturo Morales-Muniz.

Hay que advertir al lector/a que desconoce esta advertencia, repetida en anteriores ocasiones, que como ha venido sucediendo en todas las entradas anteriores, cuyo contenido trataba sobre  temática arqueopaleontológica, el contenido de esta entrada también se basa en una selección de aquellas partes del texto original, consultado, que en nuestra opinión, estén especialmente relacionados con los objetivos específicos del blog Folklore de los Fósiles Ibéricos y podrían resultar más relevantes para nuestr@s lectores/as. El texto seleccionado previamente, luego ha sido reconstruido, con muy escasas modificaciones de contenido y de estilo originales. Las pocas modificaciones introducidas se han hecho con la finalidad de mejorar la comprensión de determinados conceptos, de cierta complejidad, por parte de aquell@s de nuestros lectores/as que no estén habituad@s o especializad@s en temática arqueológica ni paleontológica. Los comentarios personales aparecen en forma de párrafos escritos en letra cursiva.


3. Resultados (Cuarta parte/Continuación)  

Los diversos yacimientos revisados en la investigación arqueopaleontológica colectiva, se muestran ordenados cronológicamente, de mayor a menor antigüedad.

3.3. Otros yacimientos neolíticos con fósiles

3.3.1. El Tossal de les Basses y Les Jovades (Alicante)

Los trabajos publicados sobre el estudio arqueológico de dos yacimientos valencianos en cuevas neolíticas, 
registran dos casos de hallazgo de especímenes de caracolas marinas fósiles de mediano a gran tamaño. Corresponden al estudio arqueológico del Tossal de les Basses (Lujan y Rosser, 2013: Fig. 4.3), un cerro en la zona de la  Albufereta de Alicante, del IV milenio a.n.e. y al estudio arqueológico del poblado neolítico de Les Jovades (Pascual, 1993: 86, Fig. 6.3), en Cocentaina, (Alicante), del III milenio a.n.e.. 
Sus respectivos autores informan del hallazgo de una concha de caracola marina en ambos yacimiento, que identifican como pertenecientes al género contemporáneo "Strombus" o Srombus sp. La buena calidad de las representaciones de ambos ejemplares, en las ilustraciones de las respectivas publicaciones, permitió a los especialistas en paleomalacología identificar las verdadera identidad de ambas conchas, resultando en ambos casos como inequívocamente correspondientes a la especie Persististrombus latus (Gmelin, 1791).

Ejemplar fósil de la caracola marina de la especie Persististrombus latus (Gmelin, 1791), del Pleistoceno superior (117.000 a.), hallada en el Camp de Tir de Palma, Isla de Mallorca, (Islas Baleares),  Col. José Juárez Ruiz.
Imagen: Gastropoda Stromboidea: 
http://www.stromboidea.de/?n=Species.PersististrombusLatus 

Se trata de una especie fósil registrada, por primera, vez en los depósitos del periodo Tirreniano (1). Esta especie llegó a persistir hasta el Pleistoceno, coincidiendo sus últimos registros más recientes con el último periodo interglaciar (ca. 80000 a. a.n.e.). 
Se requieren nuevos estudios para determinar la procedencia geográfica de ambos ejemplares arqueológicos, para poder localizar sus yacimientos menos lejanos, en donde la especie aparezca como fósil autóctono. 
Se desconoce la función de uso, personal o social, que pudo haber tenido este tipo de gran caracola marina fósil, hace entre 5000 y 6000 años, en la cultura local de aquella época, en cada una de ambas comunidades sociales, relativamente cercanas en el tiempo y en el espacio. Parece ser que, en la antigüedad, las conchas marinas, fósiles o no, que formaban parte de los ajuares funerarios estaban relacionadas con la satisfacción de las necesidades del difunto, en la vida de ultratumba... 

3.4. Sitios arqueológicos de la Edad del Cobre, con fósiles

La Edad del Cobre es un periodo cultural de enorme dinamismo social y pujanza económica que se desarrolló durante, aproximadamente, un milenio, entre los años 3200 y el 2200 antes de nuestra era. Durante ese extenso periodo de tiempo se produjeron diferentes innovaciones culturales que supusieron un importante desarrollo de la complejidad social de aquella época.

3.4.1. Tumba 5-Señorío de Guzmán, en Castilleja de Guzmán (Sevilla) 

En el mega-sitio arqueológico de Valencina de la Concepción - Castilleja de Guzmán (Sevilla), existe la denominada Tumba 5, del Calcolítico, en el Sector denominado Hacienda Divina Pastora-Urbanización Señorío de Guzmán

Entre el ajuar funerario documentado en este sitio, se halló un collar hecho de guijarros perforados y conchas contemporáneas de cauríes (Trivia sp.). La particularidad paleontológica del collar era que incluía un gran fragmento de un gran escafópodo que, originalmente, fue identificado como Dentalium por López et al. (2015)

Fig. 6B: collar del Señorío de Guzmán / Tumba-5; la concha fósil de escafópodo (Pi), situada abajo en el centro, corresponde a un ejemplar de la especie Paradentalium  inaequale

El análisis reciente realizado por especialistas en paleomalacología permitió comprobar que, en realidad, el ejemplar corresponde a una concha fósil de un escafópodo de la especie  Paradentalium  inaequale (Fig. 6B, Pi). 

Un estudio del ejemplar, en curso en el año 2019, debía poder determinar su más probable procedencia geográfica, localizando el lugar donde yacía como fósil autóctono. 

Como en otras muchas ocasiones, actualmente se desconoce si la función del fósil y de los demás elementos que componían el collar, tenían una finalidad común y ordinaria, como un objeto meramente ornamental o si pudo tener una finalidad extraordinaria de tipo espiritual o psicológico, al habérsele atribuido algunas capacidades protectoras de índole mágica, por alguna razón que hoy nos resulta desconocida. 


3.4.2. El Oficio, Cuevas del Almanzora, Almería

El Oficio es un yacimiento arqueológico argárico situado en la pedanía de Grima, en el municipio de  Cuevas del Almanzora, Almería, España. Se levanta sobre la cima y las laderas de un cabezo de 235 m de altura y de difícil acceso, ubicado en el norte de Sierra Almagrera, zona rica en metales. En su base hay dos pequeñas ramblas y tres fuentes naturales. El mar está a cinco km al E.

Miguel Cortes-Sánchez, uno de los autores del reciente estudio multidisciplinar de revisión de restos zoológicos antiguos hallados en contextos arqueológicos descubrió en una pulsera que actualmente se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, varias cuentas de fragmentos de conchas de escafópodos, que atrajeron su atención (Fig. 6C: Pi, Ps). Los ejemplares  formaban parte de una pulsera compuesta de cuentas compuestas de materiales diferentes: concha, hueso, serpentina y cobre. 

Fig. 6 C: collar con fragmentos de conchas de escafópodos fósiles y cuentas de piedra y metal de El Oficio. Identificación de las especies de escafópodos fósiles:  Paradentalium inaequale (Pi);  P. sexangulum (Ps:). Imagen: "Fossils in Iberian prehistory: A review

Esta pulsera (Fig. 6C) con el número de inventario MAN-C1276, en los fondos del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, fue reportada e ilustrada por primera vez por Siret y Siret, a finales del siglo XIX (1890: Fig. 63). 

El estudio reciente de la pulsera por especialistas en paleomalacología reveló la presencia de tres cuentas consistentes en fragmentos de conchas de escafópodos fósiles, consistentes en dos especímenes de  Paradentalium sexangulum y uno de P. inaequale. Un estudio en curso en 2019 debería determinar el lugar menos lejano como su lugar de procedencia como fósil autóctono.

Se desconoce la función específica que cumplían las conchas fósiles de escafópodos en la constitución del collar, si era de tipo ornamental, apotropáico o signalético...

3.4.3. Cueva sepulcral de Los Alcores,  Caravaca de la Cruz (Murcia) 

En la excavación de la Cueva sepulcral eneolítica de “Los Alcores”, en Caravaca de la Cruz (Murcia), se halló una gran caracola marina identificada como Srombus sp., una especie contemporánea (García, 1980). El estudio reciente del mismo espécimen, realizado por  especialistas en paleomalacología permitió comprobar que el ejemplar estaba en estado fósil y que pertenecía, en realidad, a la especie Persististrombus latus (Gmelin, 1791).

Parece ser que, en la antigüedad, las conchas marinas, fósiles o no, que formaban parte de los ajuares funerarios, estaban relacionadas con la satisfacción de las necesidades del difunto, en la vida de ultratumba... 

3.4.4. Otros sitios de la Edad del Cobre, con fósiles

Dos sitios de la Edad del Cobre con fósiles son Campo Real, con dos especímenes de  Paradentalium sexangulum noe (SI / PC / 56A / 1. Casa Museo Bonsor), y Casal do Pardo (Gonçalves et al., 2018), donde se recuperaron un Pecten maximus y tres dientes de tiburón. Estos últimos fueron identificados originalmente como tiburón azul: Prionace, pero la buena calidad de las ilustraciones nos permitió identificar a dos de ellos como pertenecientes a Isurus (o Cosmopolitodus) sp. y Hemipristis serra (Agassiz, 1843).
Como ya se ha mencionado en ocasiones anteriores, hoy día se desconoce cuál pudo ser la funcionalidad de estos fósiles en el contexto social y cultural de la comunidad que los valoraba positivamente.

3.5. Observaciones finales

Nuestra colección de 143 ejemplares está dominada por restos de escafópodos (83,2%), con un aporte anecdótico de restos de mamíferos (0,7%), que son los únicos fósiles de origen continental , y con aportes secundarios de dientes de tiburones (9,1%), restos de gasterópodos (4,2%) y de bivalvos. (2,8%) (Cuadro S3). 

En términos de pertenencia a períodos culturalesel Solutrense, que representa aprox. el 39,6% de los elementos paleontológicos y el 17% de los sitios arqueológicos y el Neolítico  que representa aprox. el 40% de los elementos paleontológicos y el 21,7% de los sitios  arqueológicos, constituyen la mayor parte de los registros arqueológicos, mientras que todos los demás períodos histórico-culturales son secundarios, cuando no son anecdóticos (Tabla S4).

Tomando los datos al pie de la letra, no se detecta ninguna tendencia temporal en términos de elementos paleontológicos o sitios arqueológicos que aumenten con el paso del tiempo, ya que sus contribuciones parecen fluctuar a lo largo de la secuencia temporal. Aún así, este fenómeno requeriría un análisis más detallado, dado que no solo los períodos paleolíticos son significativamente más duraderos (entre 5 y 12 ka) que los de épocas posteriores (1 e 2.8 ka), sino también porque los fenómenos probabilísticos, como ha sido el hallazgo de un collar con fósiles, puede sesgar mucho las muestras cuando son pequeñas.


4. Discusión

4.1. Fósiles en el registro arqueológico ibérico

En la literatura se detectaron un total de 490 fósiles de 62 sitios ibéricos adicionales y se compararon con nuestros registros (143 fósiles y 20 sitios). Ese proceso tomó varios años debido a las dificultades para localizar fuentes y especímenes (Tablas 2 y S2). Los registros publicados, que representan 82 sitios y 100 depósitos, van desde el Gravetiense hasta la Edad del Bronce (~ 34e4 ca ka BP).

Su ubicación geográfica y los elementos registrados en ellos aparecen en la Tabla S1 y la Fig. 12. 
Combinado, nuestro estudio ha elevado el registro ibérico de fósiles arqueológicos en más de un 20% en términos de sitios y en un ~ 24% (~ 40% cuando los fragmentos están excluidos) en términos de artículos. 
A pesar de que nuestra investigación se basó en en el uso de protocolos sólidos, la serendipia (azar favorable) también jugó un cierto papel, al final el factor decisivo en el proceso de localización de determinados elementos fue el ejercicio de aplicar el principio de que "un investigador/a consigue encontrar aquello que busca, una vez que ha aprendido qué es aquello que debe buscar ''. 
Este aumento sustancial en el números de hallazgos sugiere que las búsquedas equivalentes, realizadas en otros períodos históricos y "contextos culturales" deberían producir un aumento, igualmente significativo, en el hallazgo de registros.

4.1.1. Paleolítico superior

Hasta el momento de la investigación (2020) no se ha registrado la presencia de fósiles en los depósitos del Auriñaciense ibérico. 
Los fósiles gravetienses son escasos y están restringidos a los sitios arqueológicos cántabros (norte de España) (Fig. 12, Tabla 2). Estos restos fósiles incluyen tres gasterópodos marinos. Se trata de caracoles de tipo nerita, de la especie Neritina picta (Ferussac, 1823), procedentes de la cueva de Aitzbitarte III (Nivel III) y un cuarto ejemplar procedente del nivel E de La Garma (Álvarez, 2011; Álvarez y Avezuela, 2013). Tales ejemplares arqueológicos, de caracoles fósiles fueron perforados artificialmente, presumiblemente, para permitir que su propietario pudiera llevarlo colgando, ya fuese como ornamentación o símbolo de estatus personal o como un signo de identificación grupal o tribal. Se informa que todos esos ejemplares provienen de depósitos del Mioceno medio-bajo, los más próximos en la cuenca de Aquitania (Francia), (Álvarez y Avezuela, 2013). Los ejemplares del sitio de Aitzbitarte no pudieron ser estudiados directamente, pues no se pudieron encontrar, a pedido de los investigadores.
 
Además de los dientes fósiles de tiburones de Parpalló y de Aitzbitarte IV (secciones 3.3 y 3.6), otro diente de tiburón fósil solutrense es el de Otodus (Megaselachus) megalodon (Agassiz, 1843) encontrado en Higueral de Valleja (Cuadro 3). Este espécimen que no ha sido representado en ninguna parte, presentaba en sus bordes, originalmente dentados  "Claros rastros de su uso instrumental, en forma de bordes desgastados (Giles et al., 2012: 42), tal vez como herramienta cortante, punzante o raspadora.

La mayoría de los invertebrados fósiles de Solutrense que alberga el Museo de Altamira, muy posiblemente, podrían provenir de ciertos estratos de lugares cercanos, del Cretácico superior.
Breuil y Obermaier (1935: 207) informaron que las "espinas de Cidaris" halladas en la cueva de Altamira "en los niveles del Solutreano, posiblemente provenían, por desprendimiento natural, de la roca de las paredes de la cueva." Curiosamente, el estudio geocartográfico más reciente de la cueva de Altamira, no logró detectar ningún fósil, ni sus rastros, en las paredes de la cueva. Por esta razón, debe suponerse que los invertebrados fósiles de Solutrense que alberga el Museo de Altamira (es decir, 18 espinas de cidáridos [ANMRC-CE04172], dos caparazones de equinoideos de Holectypidae [ANMCR-CE00935] y un molde interno de braquiópodo de Rhynchonellidae [ANMCR-CE00933]), posiblemente provendrían de ciertos estratos del Cretácico superior, de lugares cercanos.

Fig. 12. Distribución de los yacimientos ibéricos con fósiles de animales. (A) Paleolítico superior-Epipaleolítico; (B) Neolítico; (C) Edad del Cobre; (D) Edad del Bronce.
Imagen: "Fossils in Iberian prehistory: A review

Finalmente, se ha descrito un fósil de cefalópodo marino de tipo nautiloideo (Mesozoico-Cenozoico) [ANMCR-CE01478], pero su procedencia geográfica y estratigráfica siguen sin estar claras. Aunque algunos de estos ejemplares inéditos están bellamente ilustrados en una publicación, (http://ceres.mcu.es/), al no haber podido estudiar los ejemplares, 
directamente, nos obliga a dejar su estatus taxonómico poco preciso, pudiendo determinar su identificación, únicamente, a nivel de familia zoológica.

Restos fósiles de megafauna, el Magdaleniense es el único período del Paleolítico Superior donde están documentados los resto fósiles de grandes mamíferos. Además del elefante de El Pirulejo (Elephas antiquus) (sección 3.9), el hueso no especificado de un rinoceronte del género Stephanorhinus fue recuperado en un nivel del Magdaleniense Superior en la cueva de El Castillo y 14C/AMS data de ~ 36.2 cal ka BP.
Este hueso posiblemente fue hallado en el campo y recogido: "... como un objeto especial, tal vez como un trofeo" (Bernaldo et al., 2006: 457). En el nivel IIIA de la cueva de Gorham, Gibraltar, se recuperó el fragmento de un molar superior de un rinoceronte de estepa Dicerorhinus cf. hemitoechus (Falconer, 1868), un sinónimo inválido de Stephanorhinus hemitoechus (Falconer, 1868) (Riquelme et al., 2011).
Dado que los restos óseo de la especie se encuentran en las brechas fosilíferas del Pleistoceno medio-superior de Gibraltar y en los depósitos musterianos de las cuevas de Gorham y Genista y que presumiblemente se extinguió alrededor de 40 ka AP, por lo tanto, el hallazgo debe representar un estado fósil (Currant et al., 2012). Aún así, dada la estrecha ventana temporal que existe entre el Magdaleniense y la extinción, postulada, de la especie, se requeriría una fecha absoluta precisa o un análisis geoquímico para certificar la certeza del estado fósil de este espécimen más allá de toda duda.

Los fósiles de invertebrados magdalenienses, publicados anteriormente, incluyen una amonita de Parpalló (actualmente, en paradero  desconocido) y un fragmento de coral de la cueva de Las Caldas que se había trabajado en forma de colgante (Pericot, 1942; Corchon y Ortega, 2017).

Invertebrados fósiles inéditos del Paleolítico superior son reportados por González y Freeman (2015: 42) en el contexto funerario del "Santuario de la mascara" del Magdaleniense Inferior (ca. 14 cal ka) de El Juyo, donde mencionaron “… una colección de moluscos marinos del Cretácico que normalmente están incrustados en las paredes de piedra caliza de esta cueva y que por sus caprichosas formas debieron llamar la atención de los cazadores de El Juyo.
En el restringido espacio de las tumbas se recogieron 21 de estos elementos ”. En este mismo santuario González y Freeman (2015: 53) también informaron del hallazgo de “fósiles (algunos de muy gran tamaño)… en un pozo de cimentación. De estos, dos braquiópodos del género Rhynchonella, que por el momento deberían dejarse con más seguridad solamente al nivel de la Orden (es decir, Rhynchonellida) y que se encuentran depositados en el Museo de Altamira pero que carecen de números de catálogo. El Museo de Altamira alberga dos ejemplares adicionales, inéditos, de este mismo tipo de braquiópodo procedentes de los niveles del Magdaleniense Superior Final, hallados en la cueva de La Pila y que también carecen de números de catálogo (Gutiérrez et al., 2000). Al no haber podido tener acceso directo a ninguno de estos 25 especímenes, debemos dejar abiertos la mayoría de los problemas relacionados con ellos.


Notas 

(1) Tirreniano. Periodo geológico de la serie marina del Pleistoceno, de la era Neozoica, (Tirreno de Issel, 1914), siguiendo a los periodos Calabrés y Siciliano, con estratos de caracoles (Strombus) y con fauna que incluye algunas especies senegalesas y por tanto con la impronta de un clima cálido. 

lunes, febrero 10

El Registro fósil ibérico en la Loterofilia española (13)

 por Heraclio Astudillo-Pombo


Introducción

Es muy de agradecer la agradable sorpresa que nos ha vuelto a proporcionar la ONCE con la emisión de un cupón para su popular sorteo, protagonizado por temática paleontológica. El cupón paleontológico previamente emitido por la ONCE se dio a conocer y comentó en este blog, en la entrada publicada el 1 de agosto de 2024 (https://folklore-fosiles-ibericos.blogspot.com/2024/08/el-registro-fosil-iberico-en-la.html). En ella se hacía referencia al cupón del sorteo de la ONCE del 22-06-2023, en aquella ocasión la ilustración fotográfica mostraba, a los compradores del cupón de toda España, una vista panorámica del paisaje del lugar en donde se ha estado hallando el rico patrimonio paleontológico de la localidad granadina de Orce. En la entrada de hoy se presenta un cupón dedicado al patrimonio paleontológico de la localidad riojana de Enciso, famosa por sus abundantes e interesantes huellas fósiles de pisadas de dinosaurios.


Las ‘Huellas de Enciso’, tierra de dinosaurios, protagonizaron el cupón de la ONCE en el sorteo del 18 de enero de 2025

El  cupón de la ONCE para el sorteo del sábado, 18 de enero de 2025 fue protagonizado por una representación escultórica del patrimonio icnológico de la localidad riojana de Enciso, famosa por sus huellas de dinosaurio, que se encuentra en esa localidad de La Rioja. Como es habitual en este tipo de sorteos, se han impreso cinco millones y medio de cupones de la ONCE que, además de servir para participar en el sorteo correspondiente, también sirvieron para difundir por todos los lugares de España, donde existen vendedores de cupones de esta organización humanitaria, la existencia de los famosos yacimientos de icnitas de esta localidad riojana.

Aspecto del cupón de la ONCE con la figura de uno de los dinosaurio que protagonizó el tema del sorteo del sábado 18 de enero de 2025: "Huellas de Enciso". La fotografía muestra la imagen de una réplica realista de un braquisaurio, a tamaño real, escultura situada en el Yacimiento de Valdecevillo, en Enciso (La Rioja, España). 
Imagen: ONCE-Centro Paleontológico de Enciso.

La ilustración del cupón de la ONCE es una fotografía a color que muestra la colosal escultura de dinosaurio que fue situada hace unos pocos años, muy cerca de unas icnitas dinosaurianas encontradas en ese lugar. Los científicos que estudiaron las huellas fósiles concluyeron que debieron ser impresas por el paso de un dinosaurio cuadrúpedo de aspecto y dimensiones muy similares a las de un Brachisaurus. Pero el dinosaurio causante debía ser de un género actualmente desconocido en Europa, puesto que hasta el momento presente, los restos de Brachisaurus solamente se han hallado en Norteamérica. 

El pueblo riojano de Enciso se sitúa muy cerca del límite con la provincia de Soria y en plena montaña del Sistema Ibérico . Sus menos de 200 habitantes conviven con el gran tesoro que alberga el término municipal de este pueblo: nada menos que 3000 icnitas o huellas de pisadas de dinosaurios, según apunta el portal de Turismo. De hecho, Enciso es el punto que da comienzo a la Ruta de las icnitas que incluye en su recorrido siete yacimientos que se despliegan hasta Navalsaz. Destacan por su interés los yacimientos de la Virgen del Campo, el  de la Senoba y el de Valdecevillo.

La presentación pública del cupón de la ONCE, ilustrado con la figura de un dinosaurio, tuvo lugar en la Casa de Cultura de Enciso, el viernes, 10 de enero, a las 11 de la mañana. La entrada era libre y acudió bastante público y algunos medios de comunicación que luego informarían del evento.

En la fotografía aparecen Belén González, delegada de la ONCE en La Rioja, José Manuel Valle, alcalde de Enciso, y Javier Muñoz, presidente del Consejo Territorial de la ONCE en La Rioja. En la presentación de un cupón ilustrado con una fotografía de uno de los enormes animales prehistóricos que habitaron Enciso, hace muchos millones de años.
Imagen: ONCE

En el término municipal de Enciso hay catalogadas un total de 1.400 huellas fosilizadas de dinosaurios, distribuidas en siete diferentes lugares del término municipal, un patrimonio paleontológico riojano y español de un valor científico y cultural incalculable, reconocido en todo el mundo.

Gracias a la existencia, estudio y preservación de las icnitas por parte de paleontólog@s especializad@s, hoy se puede saber que diferentes especies de dinosaurios vivieron en el territorio ibérico, en el que actualmente se encuentra la comunidad autónoma de La Rioja.  Eso sucedió durante el Mesozoico o Era Secundaria, concretamente durante el Cretácico Inferior, hace aproximadamente entre 130 y 110 millones de años. En aquella lejana época la zona en la habitaban los dinosaurios y otra fauna menos espectacular, era una enorme laguna deltaica que se inundaba y desecaba periódicamente, como el terreno era blando y moldeable, las huellas de pisadas que dejaban los dinosaurios que deambulaban por aquel lugar quedaron impresas en el barro blando que luego se iba secando y endureciendo. 

Representación gráfica del paisaje riojano en la época del Cretácico inferior, con tres dinosaurios depredadores, alimentándose de peces atrapados en zonas de la laguna con poca profundidad de agua. Por su aspecto y hábitat parece tratarse de ejemplares de la especie Riojavenatrix lacustris, un espinosáurido de hasta 8 metros de longitud. En el aire, algunos pterosaurios otean la posible pesca de presas fáciles. Imagen: Dinosaurios a la riojana

Con cada nueva inundación del terreno una nueva capa de limo recubría las últimas huellas, reproduciéndose el mismo proceso: inundación, sedimentación, desecación, pisoteo, más desecación y endurecimiento. Resultando de esta manera varias capas de sedimentos lagunares con diferentes capas conteniendo niveles superpuestos de huellas impresas. Con el dilatado paso de los siglo, milenios y millones de años las diversas capas superpuestas de antiguos sedimentos lagunares o pantanosos se fueron desecando, compactando, modificando químicamente, endureciendo y finalmente se convirtieron en capas de roca sedimentaria. Millones de años más tarde los movimientos tectónicos causados por alguna orogenia cercana elevaron esos materiales geológicos y, luego, los procesos erosivos superficiales fueron excavando ciertas partes del terreno dejando al descubierto aquellas antiguas pisadas dinosaurianas, facilitando su descubrimiento, observación e interpretación.

Esquema gráfico de cómo y cuándo se puede formar la huella de la pisada de un dinosaurio, al transitar sobre material moldeable, como el barro, cuando cubre la superficie del terreno. 
Imagen: 
¿Qué es una icnita?https://recmestreacasa.gva.es/som_cultura/ruta5/que-es-una-icnita.html

Enciso es el punto de partida para visitar las huellas, en varios yacimientos, partiendo del Centro Paleontológico, donde pueden prestar apoyo técnico-científico mediante el acompañamiento de un/a guía buen conocedor del terreno y de las características de cada uno de los yacimientos visitables

1- El yacimiento de Valdecevillo, con 168 huellas, entre las que destacan las marcas dejadas por el paso de un inmenso terópodo, carnívoro, y además las huellas de un grupo familiar de iguanodones, herbívoros y las de un gran saurópodo, también herbívoro.

Un grupo de profesores y padres de alumnos del 3er. curso de Educación Infantil (5-6 años) del CPEIP Griseras de Tudela (Navarra), posando junto a la colosal representación de 23 m. de un braquisaurio, un dinosaurio no ibérico pero posiblemente emparentado con el verdadero autor de las icnitas encisenses junto a las que estaba ubicada. El tamaño de las figuras humanas permite hacerse una idea aproximada del enorme tamaño de la escultura. Al parecer, esta fotografía se realizó  el 15 de mayo de 2018, durante un viaje lúdico-educativo para visitar El Barranco Perdido Parque temático de paleoaventura situado en Enciso.  Imagen: CPEIP Griseras de Tudela:   https://griserascolegiopublico.educacion.navarra.es/blogs/blog/2018/05/15/3o-de-e-infantil-visita-el-parque-barranco-perdido-y-el-yacimiento-de-icnitas-de-valdecevillo-en-enciso/

2- El yacimiento de La Virgen del Campo es muy valioso por sus 500 icnitas y por la información que proporciona sobre las condiciones paleomedioambientales de esta zona hace millones de años, en el Cretácico Inferior. Cuenta con algunas huellas muy interesantes que indican que allí se produjo el enfrentamiento en una lucha muy desigual entre un dinosaurio herbívoro y otro carnívoro.

3- El yacimiento de la Senoba tiene 130 huellas, 10 de las cuales por su aspecto corresponden a dinosaurios carnívoros. La distribución y disposición de las pisadas hace pensar en movimientos de grupos de dinosaurios en torno a una zona de tránsito. 

4- El yacimiento de Villar-Poyales muestra las icnitas de un terópodo, carnívoro bípedo y semiplantígrado con membrana interdigital, huella que fue bautizada por los paleontólogos que estudiaron las icnitas con el nombre específico de Theroplantigrada encisensis.

5- El yacimiento de Navalsaz, con 138 huellas de gran tamaño formando rastros, propias de varios dinosaurios herbívoros bípedos, aporta información sobre el comportamiento gregario de estos gigantes. 

Esquema de la relación existente entre la forma y dimensiones de una huella de pisada fosilizada y la clase de dinosaurio que más probablemente pudo haberla dejado impresa. Imagen: ¿Qué es una icnita?    https://recmestreacasa.gva.es/som_cultura/ruta5/que-es-una-icnita.html

6- El yacimiento de la Cuesta de Andorra ofrece una secuencia de 21 huellas dejadas por el paso de un iguanodón, herbívoro con robustas patas traseras, que tenían pezuñas en vez de garras.

7- El yacimiento denominado Icnitas 3, situado a cinco kilómetros de Enciso, lo forman 21 huellas de dinosaurios terópodos distribuidas en cuatro rastros distintos, tres de los cuales corresponden a dinosaurios carnívoros de gran talla, y el otro rastro a un dinosaurio carnívoro de a talla.

Las huellas impresas por los dinosaurios hace muchos millones de años, normalmente, se pueden identificar a nivel de grupo (Theropoda, Ornithopoda, Sauropoda, etc.) y como mucho a nivel de familia. Aproximar más allá de este nivel de identificación, es prácticamente imposible alcanzar el nivel de especie, partiendo solamente de las huellas fósiles. Imagen: Palaeos https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1457488924737885&id=157378864748904&set=a.157631294723661


Paleogeografía del Cretácico inferior riojano 


Viajar hasta el momento en el que los dinosaurios campaban a sus anchas por La Rioja supone hacer retroceder el reloj del tiempo aproximadamente 120-130 millones de años. La península ibérica no era como la conocemos ahora, ya que en aquel momento no se encontraba unida a Europa, sino que formaba parte de una isla y parte de lo que es hoy La Rioja se encontraba situada en la franja costera de lo que entonces era ese continente isla. En esta extensa costa venían a desembocar ríos que dieron forma a una gran costa deltaica surcada por numerosos lagos y llanuras que se inundaban cuando llegaban las grandes crecidas de esos ríos. 

Los dinosaurios disfrutaron de un clima subtropical (cálido y húmedo), y vivieron en ese continente isla que estaría situado muy al sur, cercano a la posición actual de las Islas Canarias, ¿os imagináis vivir tan cerca del mar y con ese clima?, nada parecido a lo que es hoy en día La Rioja. Es por esto que podemos afirmar que aquellos animales vivieron en un humedal costero en el que el mar y el continente se daban la mano. Una amplia llanura surcada por innumerables ríos y canales, salpicada de lagunas alimentadas por algunos de estos ríos y con el mar muy cerca. Las aguas dulces y saladas se mezclaban dando lugar a ambientes salobres; una zona donde los suelos a veces inundados, a veces desecados, conservan las huellas del paso de los dinosaurios (las icnitas).


Fuentes

Anónimo (2025). LAS HUELLAS DE DINOSAURIO DE ENCISO PROTAGONIZAN EL CUPÓN DE LA ONCE. Centro Paleontologico de Enciso, 9/01/2025    https://centropaleontologicodeenciso.org/las-huellas-de-dinosaurio-de-enciso-protagonizan-el-cupon-de-la-once/

Anónimo (2025). Las ‘Huellas de Enciso’, tierra de dinosaurios, protagonizan el cupón de la ONCE. En el sorteo del 18 de enero. ONCE. 10/01/2025  https://www.once.es/noticias/las-2018huellas-de-enciso2019-tierra-de-dinosaurios-protagonizan-el-cupon-de-la-once

Anónimo (2025). Los dinosaurios de Enciso protagonizan el cupón de la ONCE del 18 de enero. Nueve Cuatro Uno, (Agencia EFE) 2025/01/10:   https://nuevecuatrouno.com/2025/01/10/rioja-enciso-cupon-once-dinosaurios/ 

Anónimo. Yacimientos de huellas de dinosaurios de Enciso. Ayuntamiento de Arnedo:  https://www.arnedo.com/project/yacimientos-de-huellas-de-dinosaurios-de-enciso/ 

Anónimo (2024)‘Riojavenatrix lacustris’: El primer dinosaurio nombrado en La Rioja es un espinosáurido de hasta 8 metros de longitudHaro Digital, 19/02/2024.  https://harodigital.com/ciencia-y-tecnologia/riojavenatrix-lacustris-el-primer-dinosaurio-nombrado-en-la-rioja-es-un-espinosaurido-de-hasta-8-metros-de-longitud/ 

Borrego, Daniel (2022). Enciso, el pueblo español donde hay 1.400 huellas de dinosaurios. 20 minutos 05.11.2022. https://www.20minutos.es/viajes/destinos/enciso-pueblo-espanol-huellas-dinosaurios-la-rioja-5074015/

Colectivo. Brachiosaurus altithorax. Wikipedia:    https://es.wikipedia.org/wiki/Brachiosaurus_altithorax#/media/Archivo:Brachiosaurus_model_at_Valdecevillo_Enciso.jpg

Colectivo. Dinosaurios a la riojana. Unidad Didáctica, 2º y 3er ciclo de Educación Primaria. Gobierno de La Rioja: https://dinosauriosdelarioja.com/wp-content/uploads/2022/09/Dinosaurios-a-la-riojana-4.pdf 

Las 'Huellas de Enciso', tierra de dinosaurios, protagonizan el cupón de la ONCE para el sorteo del 18 de enero. Europa Press. 11/01/2025 :   https://www.europapress.es/la-rioja/noticia-huellas-enciso-tierra-dinosaurios-protagonizan-cupon-once-sorteo-18-enero-20250111113059.html

Pascual, Ernesto  (2025). El cupón de la ONCE, dedicado a las icnitas. La Rioja, 11/01/2025: https://www.larioja.com/comarcas/cupon-once-dedicado-icnitas-20250111092922-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.larioja.com%2Fcomarcas%2Fcupon-once-dedicado-icnitas-20250111092922-nt.html

Vera Pérez, Mireia (2024). Este pueblo riojano tiene más huellas de dinosaurios que habitantes. National Geographic, 30/01/2024.  https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/este-pueblo-riojano-tiene-mas-huellas-dinosaurios-que-habitantes_20060 

viernes, enero 17

Arqueoetnopaleontología (19)

 por Heraclio Astudillo-Pombo, Universitat de Lleida

Los usos sociales y funciones culturales de los fósiles en la antigüedad, inducibles gracias a la necesaria contribución y la imprescindible colaboración de la arqueología moderna (17)

La revisión actual de la fauna fósil incluida en los antiguos hallazgos arqueológicos ibéricos ha permitido mejorar la identificación zoológica, la datación y la interpretación paleoetnológica (Cuarta parte)

Inroducción

Se prosigue con la presentación, en formato "digest" y en su versión traducida al castellano, del artículo originalmente publicado en la revista Quaternary Science Reviews 250, en el año  2020, titulado:  "Fossils in Iberian prehistory: A review of the palaeozoological evidence". Dada su enorme transcendencia, desde nuestro punto de vista, para el estudio, comprensión y conocimiento, etnopaleontológico, de las culturas locales de la antigüedad, en la península ibérica.


3. Resultados (Tercera parte)

Los diversos yacimientos revisados en la investigación colectiva se muestran ordenados, cronológicamente, de mayor a menor antigüedad.


3.3. Yacimientos neolíticos con fósiles

El Neolítico (del griego νεός neós 'nuevo' y λιθικός lithikós 'de piedra') es el último de los períodos de la Edad de Piedra (herramientas de piedra). El Neolítico es el periodo de la Prehistoria donde aparecen las primeras estrategias económicas de tipo agrícola y ganadero. En el Neolítico se produce la sedentarización del ser humano al no tener que seguir la migración de sus presas. La agricultura y la ganadería garantizan la provisión de alimentos, y se construyen los primeros asentamientos permanentes. Se pasa de una «economía depredadora» (cazadores/recolectores) a una economía productora a causa de la revolución agrícola y ganadera.


Cueva Hedionda-IV, en Casares (Málaga)

El Sistema Subterráneo de las simas Hediondas se halla en el término municipal de Casares, en la Sierra de la Utrera (Málaga). Está formado por los subsistemas H-I, H-II, H-III y H-IV.
El sector 8 de la Hedionda-IV, conjuntamente con restos orgánicos y de cerámica, se produjo el hallazgo de un diente fósil de tiburón de 29 mm de largo x 25 mm de ancho (Fig. 11A).
 
Las perforaciones que presenta en la raíz, por su aspecto, probablemente se hicieron con un taladro o un barrenador de piedra. Tal manipulación sugiere que se hizo para poder ser suspendido del cuello o las extremidades o para ser cosido al vestido u otros elementos complementarios. Se ignora si este diente fósil de tiburón fue recolectado y manipulado para ser dedicado a un uso personal puramente ornamental o a la protección mágica del portador. O tal vez se mostraba públicamente como una señal de estatus social o como un indicador de pertenencia a un grupo particular, con unas actividades muy específicas, dentro de su comunidad.

Fig. 11 A. Fósil de la cueva Hedionda-IV. Diente de tiburón de la especie Cosmopolitodus hastalis en vista lingual, doblemente perforado para poderlo colgar mediante un sistema de suspensión. 
Imagen: "Fossils in Iberian prehistory: A review

Aunque la pieza estaba levemente erosionada, no había rastros de manipulación en la corona que no presentaba bordes dentados ni cúspides accesorias. Esta morfología dental particular coincide con la de la dentición típica de la especie Cosmopolitodus hastalis.
En la provincia de Málaga, la presencia de fósiles de la especie C. hastalis solamente está documentada en afloramientos del Plioceno (Bauza et al., 1963).
 
En este caso particular, los dientes fósiles de Cosmopolitodus hastalis aparecen en un afloramiento del Zancleano (1) de la cuenca de Manilva, yacimiento situado a menos de 1 km. de la Cueva Hedionda - IV. Con toda seguridad este es el lugar de procedencia del fósil manipulado de C. hastalis hallado en Hedionda - IV.

El segundo fósil hallado en el mismo contexto arqueológico, fue una valva inferior (es decir, la valva izquierda) de una ostra del tipo denominado "ostra de cuchara" por su uso común. Se trata dela especie Neopycnodonte cochlear (Poli, 1795). Los restos fósiles de este tipo de bivalvo están documentados en la costa malagueña, desde el Mioceno, pero todavía prospera en la actualidad en el Atlántico NE y Mediterráneo (Lozano, 1999; Poppe y Gotto, 1993). La concha alargada de esta especie tiene un diámetro umbopaleal de 73 mm y un diámetro anteroposterior de 47 mm. 
En el ejemplar arqueológico se observó que además de las superficies pulidas de la concha, por causas naturales o artificiales, los análisis de ciertas trazas particulares revelaron la existencia de modificaciones de las superficies que apuntaban como causa el uso humano de alguna herramienta con una finalidad específica.

Fig. 11 B. Fósil de la cueva Hedionda-IV. Tres fotografías de la valva izquierda de la ostra Neopycnodonte cochlear, en vistas, de izquierda a derecha, interna, de perfil y externa.
Imagen: "Fossils in Iberian prehistory: A review

Esas trazas especiales incluyen muescas de percusión en sus márgenes derecho e izquierdo y un picoteo intensivo de la superficie dorsal (Fig. 11B). Aparentemente, estas marcas tendrían como objetivo poder ensamblar y asegurar el ejemplar fósil en un mango. Desde un punto de vista funcional, aquella ostra podría haber servido como pequeño recipiente, para trasvasar alguna substancia, de un recipiente a la boca, presumiblemente el fósil habría sido usado como cuchara, es decir se trataría de un útil doméstico de uso ordinario, cotidiano. Aunque no puede excluirse un uso no ordinario, por ejemplo, relacionado con ceremonias religiosas o rituales mágicos.
La naturaleza fósil de aquella valva de una especie de ostra que aún mantiene poblaciones vivientes en la actualidad, se presuponía por sus hábitos biológicos, acostumbra a vivir en aguas profundas (rango batimétrico: 600-500 m., Van Rooij et al., 2010; Wisshak et al., 2010), circunstancia que impediría su recolección prehistórica de ejemplares contemporáneos. Y, además, porque en el afloramiento de la cuenca de Manilva, en donde se han hallado dientes del tiburón Cosmopolitodus hastalis, también son frecuentes las valvas de las "ostras cuchara", presentando una coloración muy similar a la de este ejemplar arqueológico. Por lo tanto, presumiblemente, su procedencia y edad sería las mismas.


Peña de la Abuela, en Ambrona (Soria)

La Peña de la Abuela es el curioso nombre popular dado por su aspecto y dimensiones a un túmulo funerario que cubría un enterramiento prehistórico, que fue identificado y luego excavado a la entrada de un pequeño caserío rural, cerca de la localidad de Ambrona, municipio de la provincia de Soria. 

El nuevo estudio realizado, recientemente, a la colección de moluscos escafópodos extraídos del yacimiento mencionado reveló la presencia de 154 fragmentos de conchas de la especie  Paradentalium sexangulum, que una vez estudiados indicaron que representaban los restos de no menos de 23 individuos o ejemplares diferentes, hallados en aquel depósito arqueológico del Neolítico Medio (V milenio antes de Cristo). De todos esos ejemplares, ocho de las conchas presentaban claras indicaciones de procesamiento manipulativo, posiblemente con finalidades de adaptar las conchas a un uso ornamental personal.
La presencia de restos fósiles de esta especie está documentada en las cuencas mediterráneas y meridionales ibéricas, desde el Tortoniano de Portugal hasta el Zancleano-Astiano, aunque la especie es ajena a esa región geográfica, lo cual indicaría un transporte desde su área natural de procedencia. De hecho, las fuentes más cercanas de este tipo de fósiles se encuentran en Cataluña, en la cuenca del Baix Llobregat, a unos 450 km de distancia (Álvarez et al., 2003). Por tanto los ejemplares fósiles recientemente hallados en un contexto arqueológico bastante lejano de su fuente natural de origen, luego estudiados e identificados, en la prehistoria, debían ser muy apreciados y valiosos, puesto que debieron ser recolectados y luego transportados a una gran distancia. Este largo transporte nos permite suponer alguna finalidad de uso no ordinaria ni popular, quizás reservada a ciertas élites sociales de aquella zona y época que eran quienes únicamente podrían pagar el precio que suponía su adquisición y posesión.
  

Cueva de El Tesoro, en Torremolinos (Málaga)

La cueva de El Tesoro, hoy desaparecida, estaba situada en la Punta de la Reina, en Torremolinos, en el lugar conocido como Castillo de Santa Clara. La cueva fue excavada en el siglo XIX por D. Eduardo J. Navarro, presidente de la Academia Malagueña de Ciencias, entre 1888 y 1891, y por D. Eduardo Palanca Asensi, dueño de la finca rural y del cortijo de aquel lugar. Se trataba de una pequeña cueva sepulcral, de época neolítica, en donde aparecieron una veintena de enterramientos con sus respectivos ajuares funerarios.

D. Eduardo J. Navarro reportó la presencia de conchas fósiles de "colmillo marino" (escafópodos), que desde el punto de vista historiográfico, son las conchas de escafópodos que constituyen el registro arqueológico más antiguo de piezas fósiles, trabajadas en la prehistoria ibérica para transformarlas en ornamentos personales y uno de los registros más antiguos de Europa (Navarro, 1884). 
Esta colección de porciones de conchas de escafópodos fósiles formaba parte de un collar del sexto al séptimo milenio, antes de nuestra era, que además incorporaba algunas cuentas de piedra. Ese collar prehistórico, reconstruido recientemente, se encuentra depositado en el Museo de Altamira (ANMRC-Número de inventario 00492) y se le pudo localizar tras una búsqueda exhaustiva en la literatura (Fig. 6E).

Fig. 6 E. Fragmentos de conchas fósiles de escafópodos de la cueva del Tesoro (4-18). Identificación taxonómica de los diferentes ejemplares: Paradentalium sexangulum
 (4 a 10, 12 a 14, 16 a 18) y  P. inaequale (11 y 15) 

A pesar de la fragmentación y la modificación antrópica, 17 de los 26 ejemplares que se trabajaron como cuentas de collar, aún conservaban el perímetro poligonal exterior, necesario para el correcto diagnóstico de muchos escafópodos fósiles ibéricos. Aunque originalmente todos fueron identificados erróneamente (Navarro, 1884) como pertenecientes a la especie Dentalium elephantinum L., 1758, actualmente viviviente en el océano Indo-Pacífico.  Nuestros análisis reconocieron a 15 fragmentos como pertenecientes a Paradentalium sexangulum y otros 11 fragmentos que representan a P. inaequale (de estos últimos, 9 son fragmentos discoidales pequeños). Dado que todos los discos obtenidos a partir de la concha de un colmillo de mar fósil, tenían un diámetro idéntico, y en los escafópodos el ancho de la concha va aumentando desde el ápice hasta la base, cada cuenta discoidal debe representar el fragmento de una concha de un individuo diferente. Esta meticulosa búsqueda de uniformidad en las cuentas discoidales del collar de conchas de escafópodos, es sin lugar a dudas, el primer caso documentado en los sitios arqueológicos ibéricos. Un estudio que estaba en curso en el año 2019, debía determinar, próximamente, la procedencia geográfica de aquellas conchas fósiles. Desafortunadamente, se desconoce cual fue el resultado de ese estudio.


Notas aclaratorias  

Como ha sucedido en todas las entradas anteriores, cuyo contenido trataba sobre esta misma temática arqueopaleontológica, el contenido de ésta también se basa en una selección de aquellas partes del texto original consultado que en nuestra opinión podían resultar más relevantes para nuestros lectores y más relacionados con los objetivos específicos del blog Folklore de los Fósiles Ibéricos. Dicha selección luego ha sido reconstituida en un nuevo texto, con muy escasas modificaciones de contenido y de estilo, siempre realizadas con la finalidad de mejorar la comprensión de ciertos conceptos complejos, por parte de aquell@s lectores/as que pudieran no están habituad@s o no especializad@s en arqueología ni en paleontología.

(1) El Zancliense o Zancleano es la edad y piso inferior de la época y serie del Plioceno. Se extiende de 5,332 ± 0,02 Ma (millones de años atrás) hasta 3,6 ± 0,005 Ma. Le precede la edad Mesiniense de la época miocena y le sigue el Plioceno.

lunes, diciembre 2

El registro fósil ibérico y el santoral católico, en la religiosidad popular de España y Portugal (23)

por Heraclio ASTUDILLO POMBO. Universitat de Lleida

Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con diversos santos y santas (9) 

Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en Cataluña (Sexta y última parte)


Introducción
 
Con esta entrada se da por finalizado el capítulo dedicado a las diferentes interpretaciones y usos de diversas especies de nummulites, de algunos otros macroforaminíferos emparentados y de opérculos fósiles o contemporáneos de Astrea o Boma, relacionados en Cataluña con santa Lucía de Siracusa.

Los "ojos de santa Lucía, de caballo"  

Este tipo de "piedrecillas"prodigiosas, son citadas por J. Amades en una publicación de 1951, titulada "Piedras de virtud", en la que especifica que "Los "ojos de santa Lucía, de caballo" son usados para curar caballos y otros animales mayores. A estas piedrecitas antes de utilizarlas, se las bendice y se las sumergen en agua bendita"

J. Amades no especifica quién y cómo bendice estas piedrecitas de uso curativo, ni cuándo y cómo se sumergen en agua bendita. Se puede suponer que tales acciones podrían realizarse, muy discretamente, la primera, durante la liturgia cuando el sacerdote celebrante bendice a los fieles dentro ofuera del templo, y la segunda, sumergiendo las piedrecillas prodigiosas en el agua bendita de las piletas aguabenditeras, que hay en el interior de todas las iglesias, junto a las puertas principales de acceso, cuando se mojaban los dedos para hacer la señal de la cruz. 

Para quienes vivían en el campo, sin ermitas cercanas con ermitaño responsable del mantenimiento, quizás la potenciación de la virtud terapéutica de las piedrecitas se conseguía remojando aquellas piedrecillas curativas en el agua bendita que se guardaba en casa, en una botellita, que el párroco había repartido en la iglesia parroquial, con motivo de la celebración de alguna efeméride religiosa, celebrada en ciertos días especiales del año eclesiástico. Esta dádiva eclesiástica, remunerada con la oportuna limosna, era realizada con la finalidad que los fieles de la parroquia pudieran utilizar aquella agua milagrosa, a voluntad, con diversos fines protectores domésticos, ya fueran terapéuticos o exorcistas.

Los caballos, eran uno de los varios tipos de animales domésticos de mayor tamaño y de mayor aprecio humano, debido a los valiosos servicios que prestaban. Debido a su alta valoración social y utilidad, fueron puestos bajo la protección de santa Lucía. Fotografía original de 
Wolfgang Claussen
Imagen: pixabay 

En el año 2003, se produjo un hecho casual que vino a confirmar la veracidad del nombre y uso popular recogidos y publicados por Joan Amades en 1951. Cierto día, al acabar una de mis clases, en la Facultad de Ciencias de la Educación, una alumna me estaba esperando en la puerta del despacho. Tenía concertada una tutoría, para asesorarse en el desarrollo de su trabajo de etnología naturalista. Era natural de un pueblo de la comarca del Plà d'Urgell, en la provincia de Lleida, su área geográfica de investigación era una parte de su comarca natal, centrada en las localidades de los alrededores de su pueblo. En un momento dado de la tutoría, sacó del bolso y me mostró dos cajitas pequeñas de cartón, del tipo que se usaban antiguamente, en las joyerías, para contener y exponer anillos o pendientes. Me dijo que en ellas guardaba unas piedrecitas curativas para los ojos que le había prestado su abuela, con la finalidad de que yo pudiera verlas personalmente. Su abuela era de familia campesina y larga tradición ganadera y las llamaba "ulls de santa Llúcia". Cuando abrió las dos cajitas para mostrarme su contenido, pude ver y reconocer que en una había varios nummulites de tamaño modesto, de 1-1,5 cm de diámetro, mientras que en la otra había un único nummulites de mayor tamaño, de 2-2,5 cm. de diámetro. 
La alumna me comentó que su abuela la había informado que los "ulls de santa Llúcia" pequeños (pequeños numulites) se usaban para dar masajes en los párpados humanos, con la finalidad de ayudar a aclarar la vista turbia (cataratas), curar conjuntivitis, eliminar orzuelos o ayudar a expulsar rápidamente las molestas motas que pudieran haberse metido dentro, accidentalmente. 
En cambio el "ull de santa Llúcia" grande (nummulite mediano), al que su abuela llamaba "ull de santa Llúcia de cavall", antiguamente, servía para tratar problemas visuales o oculares semejantes, pero se aplicaba sobre los párpados de grandes animales domésticos, tales como caballos, asnos o mulas y también en bueyes o vacas, cuando sus propietarios percibían deficiencias visuales o lesiones oculares. 

Aspecto de varios nummulites de diferentes tamaños, la moneda de la derecha sirve como referencia del tamaño relativo. Recorte de imagen capturada
Imagen: Todo Colección:  https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-fosiles/lucamela-nummulites-sueltos~x423366514

Aquella alumna no supo indicarme cuál había sido la forma de obtención de aquellos nummulites utilitarios, ni cuál era su lugar de procedencia geográfica. Motivos por los que le encargué que le preguntase a su abuela sobre estas dos cuestiones. Desgraciadamente, no pudo satisfacer mi interés etnopaleontológico, sobre ambos 
aspectos, ya que su abuela solo le pudo informar que desconocía ambas cuestiones, puesto que aquellos objetos eran un antiguo patrimonio y legado familiar que había ido pasando de una generación a la siguiente, desde hacía muchos años.


Los numulites imaginados o transportados del entorno del Santuario de Santa María de Refet, en Seró, La Noguera, Lleida

En su lista de 20 santuarios catalanes relacionados con el culto a santa Lucía de Siracusa, en los que se mantenían ciertas costumbres populares supersticiosas, relacionadas con unos fósiles a los que J. Amades denominaba "fósiles numulítidos", aparecía citada la ermita de Santa María de "Rafet" [el nombre correcto del lugar es Refet], situada en el término de Seró que es un núcleo agregado al municipio de Artesa de Segre, en la comarca de La Noguera, en la provincia de Lleida (Cataluña).
J. Amades decía en sus escritos que en ese lugar  había una capilla consagrada al culto de la santa protectora de la vista. En realidad esa ermita siempre ha estado consagrada a Santa María Madres de Dios, mientras que la santa siracusana, protectora de la vista, solamente disponía de una pequeña capillita lateral. 

Aspecto de la réplica moderna de la antigua imagen de la "Mare de Déu" de Refet, patrona del santuario, expuesta en el museo del monasterio santuario de Refet. Representa una Virgen sedente con niño sentado en sus rodillas y en acción de bendecir a los fieles, devotos. Por el estilo y material, parece tratarse de una talla románica, en madera, de finales del s. XII o principios del s. XIII, por lo que la primitiva ermita que patrocinaba debió comenzar a existir por esa misma época, tras haber sido expulsados de ese territorio los invasores musulmanes y repoblado con cristianos. Fotografía original de Angela Llop
Imagen: Flickr, https://www.flickr.com/photos/angela_llop/

Bastantes años más tarde, en 2002, dos médicos leridanos, padre e hijo, Manuel Camps Surroca y Manuel Camps Clemente, estudiosos aficionados de la arqueología y de la medicina popular, publicaron un artículo titulado "Origen prehistòric d’alguns santuaris invocats en les malalties de la vista". Aquel escrito contenía los siguientes párrafos:

"Otra de las advocaciones de gran tradición sanadora de las enfermedades de los ojos, y que hemos encontrado relacionadas muchas veces con cultos líticos muy primitivos, son las dedicadas a Santa Lucía, protectora por excelencia de estas afecciones."  
"En el santuario de Refet, del término de Seró, en la Noguera, además de la imagen de la  “virgen encontrada” que se venera, está la capilla de Santa Llúcia, la cual gozó de mucha tradición curandera entre la gente de la comarca. En dicho santuario no falta ninguno de los elementos que le identifican con un origen pagano muy antiguo y que atestiguan una veneración a los monumentos megalíticos."

No es menos antigua la tradición curandera que, para los enfermos de la vista, tenía la imagen de Santa Lucía, venerada, como hemos dicho, en una capilla de la misma ermita. Su antigüedad se deduce de los muchos nummulites que se han encontrado en su entorno, llamados por el pueblo “ojos de Santa Lucía”, entre otros elementos líticos prehistóricos. Se les consideraba con virtudes mágicas para aclarar y curar la vista y sobre todo para sacar las brozas de los ojos." 

Del escrito de los dos galenos ilerdenses se puede deducir que los autores consideraban a los fósiles como objetos de origen geológico lejano que habrían sido transportados hasta aquel lugar por los habitantes de la zona o por transeúntes regulares u ocasionales, en la antigüedad remota. Los suponían depositados en el lugar, en tiempos  prehistóricos, con algunas finalidades religiosas de tipo mágico-curativas o votivas, procedentes de otros lugares, más o menos lejanos, dónde abundarían y dónde habrían sido recolectado con el fin antes mencionado. Por tanto serían fósiles extraños al lugar en el que supuestamente yacen ahora, es decir son fósiles alóctonos, puesto que no pertenecen originalmente al lugar en el que se encuentran. 
En el caso incierto, de que pudieran existir los citados nummulites votivos, depositados en algún lugar del entorno cercano del santuario mariano de Refet, no serían fósiles de origen local o subcomarcal, puesto que el terreno del  santuario de Refet, y el de mucho más allá, es de edad oligocena (34-23 millones de años) y no eocena (56-34 millones de años) por lo que los nummulites ya se habían extinguido, pero es que además, se trata de sedimentos de origen continental, por lo que no pueden contener restos de fauna marina. De existir fósiles marinos en el entorno inmediato del santuario, tales nummulites votivos, forzosamente, deberían haber sido transportados por agentes naturales como corrientes de agua o por agentes artificiales, como sería el traslado humano intencionado. Tal cosa supondría la existencia de algún tipo de culto religioso en el lugar y algunas rutas que conducirían a los devotos en su peregrinación, ellos serían quienes los que los habrían extraído en sus yacimientos naturales originales y quienes los habrían transportado hasta el lugar sagrado de Refet, donde por alguna causa, hoy desconocida, habría existido un santuario consagrado al culto de alguna deidad pagana, tal vez, relacionada con la protección de la visión. 

Una existencia dudosa y difícil de verificar

En cuanto a restos prehistóricos hallados en el entorno del santuario, sabemos por las publicaciones de los estudios arqueológicos realizados en diversas campañas de excavación  que se han hallado diversos tipos de restos arqueológicos, todos correspondientes a la Edad del Bronce (desde el año 3.800 a.C. al 1.200 a.C.). Los indicios arqueológicos apuntarían a la existencia de asentamientos temporales, protagonizados por grupos de pastores nómadas. La presencia de alineamientos de piedras, el hallazgo de pequeñas hachas votivas de bronce, fragmentos de cerámica y de algunos grabados inscritos en grandes rocas que muestran petroglifos de tipo cupuliforme, canaliforme y cruciforme, al parecer, dispuestos con orientación geográfica y astronómica específica. Esto parece indicar la existencia en aquel lugar de ciertos rituales de cultos religioso antiguo, no concretado, y, por tanto, la sacralización de ese lugar, en cierta época de la prehistoria, hoy hace entre 3800 y 3100 años.
Tal vez, con el paso de los siglos, las diferentes culturas y los distintos cultos religiosos se fueron sustituyendo, en función de quienes conquistaban y gobernaban el territorio, llegando con el paso del tiempo hasta la cristianización de aquel territorio, cuando la divinidad pagana patrona del lugar sagrado habría sido sustituida por una santa cristiana, que pudiera haber sido santa María o santa Lucía. 
Los especialistas en el estudio de insculturas rupestres han diferenciado, en el entorno del santuario de Refet, dos tipos de grabados cruciformes, unos identificados como de tipo prehistórico y otros de tipo y antigüedad medieval.

Pero en ninguno de los diversos informes arqueológicos consultados por el autor de esta entrada, se cita la presencia o hallazgo de ningún ejemplar de ninguna clase de fósiles, ni de numulites ni de ninguna otra clase de macroforaminíferos fósiles, que por su aspecto pudieran haberse podido relacionar con la protección o curación de los ojos humanos , en ninguno de los diferentes puntos clave estudiados arqueológicamente, en el entorno del santuario.

Consultados los diferentes autores de las publicaciones relacionadas con las excavaciones más recientes,  sobre este asunto en particular, ninguno de ellos contestó al consultante. Por otra parte, ha sido muy habitual que los arqueólogos, casi nunca hayan tomado en consideración la presencia de los fósiles hallados en contextos arqueológicos, puesto que, en general, los consideraron como contaminaciones del contexto cultural antiguo, procedentes del entorno geológico próximo. No considerando que aquellos fósiles hallados pudieran haber tenido, antiguamente, alguna influencia cultural y función social específica entre los antiguos pobladores del lugar excavado.

Suponemos que, tal vez, la información contenida en el párrafo escrito por los galenos Camps & Camps, antes citado, no sea el resultado de una observación directa sobre el terreno, realizada por los autores de la publicación, sino que tomaron prestadas las vagas afirmaciones sustentadas por J. Amades (1951), en relación a una veintena de ermitas y capillas catalanas dedicadas a santa Lucía, suponiéndoles como ciertas. Sin haber tomado la prudente precaución de haber hecho una comprobación personal "in situ", con la que poder confirmar la presencia real y la abundancia relativa de los "fósiles numolíticos", de los que decía J. Amades  que abundaban en el entorno de todas las mencionadas ermitas o capillas catalanas dedicadas a santa Lucía, listadas en sus publicaciones. 
Curiosamente, en el artículo de Camps & Camps, no se menciona a J. Amades en el texto como una de sus fuentes informativas consultadas. Al final del citado artículo, se muestran las fuentes más relevantes consultadas, entre una serie de Notas aclaratorias, en las que tampoco citan a J. Amades, quién en mi modesta intuición, sospecho que debió ser el principal autor responsable de la inspiración que condujo al error galénico.


Fuentes

- Amades Gelats, Joan (1951). Piedras de virtud. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. VII, 1. Madrid.
- Amades Gelats, Joan (1980). Costums i creences. Folklore de Catalunya III. Editorial Selecta-Catalonia, Biblioteca Perenne, 24. 
- Amades Gelats, Joan (1983). Anar a buscar ulls de Santa Llúcia a Bellulla . Costumari Català. Vol. 3. Salvat Edit. Barcelona.
- Amades Gelats, Joan (1983). Aplec de Santa Llúcia de Trenteres. Costumari Català. Vol. 5. Salvat Edit. Barcelona.
- Anónimo. Santuario de Refet. https://santamariaderefet.org/es/santuario/
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