sábado, junio 21

Los dinosaurios en la cultura popular española y portuguesa (15)


por Heraclio Astudillo Pombo, Universitat de Lleida


Los dinosaurios en los medios de comunicación, españoles, más populares: la prensa periódica, el cinema, los cromos y los tebeos.
Segundo periodo, de 1900 a 1919, inclusive
(Continuación, 8ª parte).




Introducción:
 

El diario El Imparcial, de Madrid, el lunes 4 de abril de 1910, publicaba en su página 4 y dentro de su sección "Crónica científica", un interesantísimo artículo, firmado por Vicente Vera (1), en el que se aportaba una grana cantidad de información sobre diversos géneros de dinosaurios y sobre algunas ideas curiosas relacionadas con esta clase de animales. Incluso se apuntaba la remota posibilidad de que, en algún lugar ignoto del planeta, aún pudieran existir ejemplares de alguna especie dinosauriana todavía viviente. Los argumento utilizados eran los mismos a los que todavía recurren algunos criptozoológos actuales: las leyendas tradicionales de culturas primitivas, los rumores recogidos por viajeros, las fotografías borrosas o manipuladas.... y el descubrimiento del okapi en la selva congoleña. La lectura de este articulo permite darse cuenta que mientras la paleontología científica ha avanzado muy considerablemente, en los últimos 100 años, las pseudociencias siguen ancladas en las creencias, argumentos y métodos propios de siglos anteriores al XIX. 
Aunque el articulo original no contenía ninguna ilustración, hecho muy común en los diarios de la época, se han añadido algunas imágenes para hacer su lectura más atractiva y amena a l@s lectores menos especializados en el tema.
También se han añadido vínculos electrónicos para aquell@s lectores/as a quienes gusta ampliar o refrescar sus conocimientos sobre dinosaurios o sobre la historia de su conocimiento y divulgación.

 
Los grandes monstruos de otras épocas.
Dinosaurios herbívoros y carnívoros de los periodos Jurásico y Cretácico. 

El terrible Tyrannosaurus. Como se defendian los demás animales contra los ataques del monstruo. 
Un dinosaurio viviente.

Allá en épocas remotísimas, durante el período jurásico, vivieron en la América del Norte unos lagartos gigantes, los animales terrestres más enormes que han habitado en nuestro planeta. Pertenecían estos lagartos colosales al grupo de los Dinosaurios saurópodos y entre ellos se encontraban algunos, como el «Atlantosaurus immanis», que tenían más de 30 metros de longitud y cuyo fémur (hueso del muslo) alcanzaba dos metros y medio de largo por dos tercios de metro de anchura. 

Hipotética reconstrucción de un ejemplar de Atlantosaurus, representado junto a un elefante asiático para dar idea de su tamaño relativo. Atlantosaurus es un género de dinosaurio saurópodo, que vivió a finales del Jurásico, en lo que hoy es Norteamérica. Grabado antiguo en un libro de paleontología
Imagen: Wikipedia

Estos monstruos eran herbívoros, es decir se alimentaban de vegetales; pero había otro grupo de dinosaurios que eran carniceros, y par lo tanto, mucho más temibles, aunque su tamaño fuese algo menor. Entre estos lagartos carnívoros se contaban el “Labrosaurus”, el «Allosaurus», el «Creosaurus» (2) y algún otro, también americanos, y el «Megalosaurus” y el «Dakosaurus», que habitaron en Europa, durante el mencionado periodo jurásico.
En la época cretácea empiezan á desaparecer todos estos colosales dinosaurios; pero aún vivieron algunos de los más tremendos, entre los carniceros descolló sobre todos el «Tyrannosaurus», que es sin duda el animal de presa más grande que ha existido en el globo. 


Ejemplar de Dakosaurus maximus  saltando fuera del agua para atrapar alguno  de los pterosaurios  que revolotean sobre la superficie del mar para capturar peces
Imagen: Wikipedia
 

El león y el tigre de nuestros días, fieros como son, están conformados para atacar los herbívoros actuales, animales de talla pequeña comparados con los gigantes de otras épocas. Pero el «Tyrannosaurus» del cretáceo y el «Allosaurus» del jurásico podían arremeter con todo ser viviente que se hallase á sus alcances, cualquiera que fuese su tamaño, siendo, por lo tanto, el terror de todos sus contemporáneos.
Ni él mismo «Atlántosaurus» antes mencionado, con sus treinta ó más metros de longitud, ni el famoso «Diplodocus», con sus veinticinco metros, podían luchar, siendo herbívoros, contra un carnicero como el «Tyrannosaurus», que, aunque solamente de doce o trece metros de largo, tenía una enorme y maciza calavera provista de poderosas mandíbulas armadas con dientes agudos y cortantes que sobresalían medio palmo.
Lo único que los animales herbívoros pudieron hacer para defenderse de fieras tan temibles, fué proveerse de armaduras ó corazas como los buques modernos se revisten de planchas de acero para resistir los tremendos proyectiles de la artillería moderna. Así los grandes cuernos y el huesoso collar del «Triceratops» y la coraza que cubría la cabeza y el cuerpo del «Ankylosaurus» se desarrollaron, sin duda alguna, para resistir los ataques del terrible «Tyrannosaurus».



Modelo de Ankylosaurus reproducido a escala real en un parque temático.
Imagen: Wikipedia

 Otros dinosaurios contemporáneos que se alimentaban de plantas y que no disponían de armaduras ni otras defensas corporales buscaron su salvación por otros medios, y el «Trachodon», por ejemplo, buscaba su refugio en las aguas, y procuraba, nadando, ponerse fuera del alcance del temible enemigo. Otros animales de mucho menor tamaño que el «Tyrannosaurus» debían su existencia á su agilidad, hurtando los ataques de la fiera gracias á la actividad y rapidez de sus movimientos.  Recientemente los Museos paleontológicos se han enriquecido con una nueva calavera de «Tyrannosaurus», muy bien conservada y en la que puede apreciarse perfectamente las condiciones de ataque de aquel tremendo monstruo.

Restauración pictórica realizada por el paleoartista C. Knight, bajo la supervisión del profesor Osborn, representando dos ejemplares de dinosaurios del género Trachodon en una posición y escenario natural. Exhibida en el AMNH de New York
Imagen: Wikipedia


Se admitía por todos los hombres de ciencia que los colosales lagartos dinosaurios se habían extinguido por completo al terminar la época cretácea: de suerte que desde hace cientos de miles de años ya no existían vivos en el globo representantes de aquellos monstruos.  Pero ahora llega de África una noticia verdaderamente sensacional, á saber: Que en algunas regiones de aquel continente existen aún dinosaurios vivientes, y que los viajeros y los cazadores que han cruzado por dichas regiones se han visto expuestos á un encuentro muy desagradable con animales tan temibles (3). 

Representación artística de un grupo de desesperados cazadores-guerreros, pigmeos, luchando en la orilla de un pantano contra un enfurecido monstruo, de aspecto dinosauriano, surgido de las aguas de una ciénaga
Imagen: conspiraciones1040

Herr Hagenbeck, director del jardín zoológico de Hamburgo; asegura que se ha encontrado vivo, en la Rhodesia, un dinosaurio del grupo de los carniceros. El descubrimiento se ha hecho simultáneamente por uno de los agentes de Hagenbeck y un inglés que viajaba por la mencionada región africana. Ambos individuos tomaron fotografías del animal. Algunos indígenas á quienes se mostraron estas fotografías afirmaron que en los inmensos pantanos que, ocupando centenares de leguas cuadradas de extensión, hay en la Rhodesia, habían encontrado también algunos de esos monstruos cuyas especies se tenían por completamente extinguidas desde hace muchos siglos.


Carl Hagenbeck era un comerciante alemán de animales exóticos, director del parque zoológico familiar y organizador de exhibiciones, en vivo, de grupos humanos representantes de etnias exóticas
Revolucionó el sistema tradicional de exhibición zoológica al iniciar la exhibición naturalista de animales fuera de jaulas y fosos, en recintos al aire libre, más o menos semejantes escenográficamente a su hábitat original.
Imagen: Wikipedia

El profesor Matthew (4), del Museo Americano de Historia Natural, interrogado acerca de este asunto, ha declarado que no era imposible la persistencia de dinosaurios en una región en donde se hayan conservado condiciones semejantes á las que dominaban en el globo cuando los tales dinosaurios abundaban sobre la superficie terrestre. 

El profesor William Diller Matthew, a principios del s. XX, era el paleontólogo especializado en dinosaurios más reconocido del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Como zoólogo defendía la idea de que la fauna vertebrada más primitiva, del planeta, bajo la presión evolutiva de especies más modernas aparecidas en los continenetes del hemisferio norte se habría refugiado y conservado en los continentes e islas del hemisferio sur. De existir algún tipo de fauna primitiva residual, debería residir y buscarse en territorios inexplorados de África, Sudamérica y Oceanía
Imagen: Wikipedia
 
 De todos modos el descubrimiento sería de un interés científico inmenso; pero no más extraordinario que el del «okapi», animal singularísimo, representante también de especies extinguidas, hallado igualmente en el interior del continente africano y del cual existen ya dos curiosos ejemplares en el Museo de Historia Natural de Madrid, descritos extensamente en estas crónicas.




Notas del editor:

1- Vicente Vera López (Salamanca 1855- Madrid 1934), fue un científico y político español, Doctor en Ciencias Físico-Químicas que publicaba artículos divulgativos de temática científica, de manera regular, en las páginas del diario, El Imparcial.

2- “Labrosaurus”, «Allosaurus» y «Creosaurus» son géneros sinónimos, actualmente, el que considerado válido es el de Allosaurus

3- El Mokele-Mbembé: Un Enigma Africano & Confirmado: Los nativos africanos matan dinosaurios

4-  Dinosaurs. With Special Reference to the American Museum Collections
by W. D. MATTHEW, Curator of Vertebrate Palaeontology.
NEW YORK. AMERICAN MUSEUM OF NATURAL HISTORY. 1915